Los servicios de CNC para el acabado de piezas mejoran la funcionalidad, durabilidad y apariencia de los componentes mecanizados mediante una variedad de procesos posteriores a la mecanización. El desbaste, un método común de acabado, utiliza ruedas abrasivas para lograr dimensiones precisas y superficies ultra suaves, con valores de rugosidad superficial tan bajos como Ra 0,1 μm, adecuados para rodamientos de precisión y componentes hidráulicos. El pulido emplea abrasivos finos y ruedas de bruñido para crear acabados espejo en metales y plásticos, mejorando la estética y reduciendo la fricción en piezas como los moldurados automotrices o instrumentos médicos. El anodizado, principalmente para piezas de aluminio, forma una capa de óxido protectora que mejora la resistencia a la corrosión y permite la personalización del color, mientras que los procesos de chapado, como el chapado de níquel-cromo, añaden resistencia al desgaste y un atractivo decorativo. El martillado con proyectiles, un proceso en el que pequeñas bolas impactan la superficie, induce tensiones compresivas para mejorar la vida útil por fatiga en componentes como engranajes de motor y partes estructurales de aeronaves. El electropulido elimina rebabas microscópicas y refina superficies mediante un proceso electroquímico, ideal para implantes médicos que requieren acabados biocompatibles. Cada proceso de acabado se selecciona cuidadosamente en función de las propiedades del material, los requisitos funcionales y los estándares industriales, asegurando que las piezas cumplan tanto con las expectativas de rendimiento como de estética.
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